Crítica: Este mundo no me hará mala persona (y sus doblajes)
La segunda serie animada de Zerocalcare, puede considerarse una digna continuación de Cortar por la línea de puntos. Aunque Netflix nos imponga un doblaje diferente.
Este mundo no me hará mala persona (Questo mondo non mi renderà cattivo, en el italiano original) es la segunda serie animada del historietista Zerocalcare. Consiste en seis episodios, estrenados en Netflix el 9 de junio de este año. La dirigieron Zerocalcare, Davide Rosio y Giorgio Scorza; producida en el estudio italiano DogHead Animation.
Sinopsis: Obra autobiográfica, con el autor de la serie interpretándose a sí mismo. Zero se encuentra declarando en una estación de policía. Contará toda la serie de eventos que lo llevaron hasta allí, profundizando puntualmente en su relación con su amigo Cesare y una disputa barrial con respecto a un grupo de refugiados.
Aquella anterior serie, Cortar por la línea de puntos (Strappare lungo i bordi), estrenada en 2021, tomaba como punto de partida el vínculo de Zero con su amiga Alice. En Este mundo no me hará mala persona, (llámese la serie-secuela,si se quiere) la historia se organiza desde la vida que Zero compartió con su compañero de escuela Cesare; y también esa parte de la vida que no compartieron. Otra amistad compleja en la vida de Zero, tan compleja como la situación política y social italiana actual que intenta describir. El ascenso de la ultraderecha, la vida en barrios marginales, la polémica con respecto a los refugiados en Europa; a eso sumadas las crisis personales de los personajes (Zero, Secco, Sarah, y obvio Cesare).
Zerocalcare nos presenta todos esos graves temas desde su muy personal (generalmente irónico y directo) punto de vista. De eso se trata la obra, es un punto de vista, un artista expresándose, por eso es autobiográfica. Pensar que esta serie animada procura tiene funciones “educativas” respecto a estos temas sería un error, pero sí es muy útil para introducirse a ellos, y problematizar las perspectivas que Zero nos plantea, aplicándolo a cualquier nación además de la italiana. Aprovechada de esa manera, puede ser una experiencia enriquecedora… pero si lo que se busca es una experiencia meramente recreativa, también puede ser buena opción para los que gusten de ese tipo de humor ácido.
El espectador novato puede introducirse a Este mundo no me hará mala persona sin haber visto la serie anterior: No hay una linealidad rigurosa que obligue a ver una antes que la otra. Y si esta le agrada, le dará las ganas necesarias para ver Cortar por la línea de puntos, y (si no le teme a los medios literarios) tal vez le entren deseos de leer las historietas de Zerocalcare.
Sobre el doblaje latino:
Por motivos no revelados, Cortar por la línea de puntos no tuvo un doblaje latinoamericano para su transmisión en ese territorio a través de la plataforma; en su lugar, está disponible el doblaje de España. Por el contrario, Este mundo no me hará mala persona sí tuvo un doblaje latino, realizado en México, dirigido por Roberto Salguero. El problema es que el público que ya se había acostumbrado a las voces del doblaje de España ya no lo tienen disponible en esta serie-secuela.
La comparación no es para menos, partiendo desde el punto en el que en casi toda la serie se oye una sola voz: la de Zero, y cada tanto el Armadillo. Muy acotados son los momentos donde hablan otros personajes.
Pues bien, en el doblaje de España Zero es interpretado por Eduardo Bosch, quien dotó al personaje de una expresividad y soltura digna del stand up. En lugar de procurar encontrar un actor semejante a Bosch, el doblaje latino nos presenta la voz de Josué Alher, que para interpretar a Zero mantiene un tono bastante suave y monótono, mucho menos expresivo que Bosch. Esto parece tener una razón, y es que (guste o no) la voz de Alher es muy similar a la voz original en italiano del mismo Zerocalcare, a la que Bosch no se parece en nada. Situaciones como esta nos dan la opción de valorar doblajes tanto por apegarse al material original como por separarse de él.
Si bien dije que la voz de Alher es suave y monótona, me refería a cuando hace la voz normal de Zero (esa voz de tipo quejoso). Eso se rompe en los momentos donde Zero imita voces de otras personas (algo que pasa con mucha frecuencia), ahí es cuando el mexicano muestra una respetable versatilidad. También cuenta con la ayuda de algunos otros actores en ciertos personajes ocasionales, pero no hay información suficiente al respecto de qué actor interpretó a qué personaje; aunque por lo menos sí hay una lista de voces adicionales.
Merece mención la voz del Armadillo. En este caso es al revés, la voz española (Roberto Encinas) es más parecida a la original italiana (Valerio Mastandrea) que la mexicana (Pepe Toño Macías). Ironías de la vida: si hubiesen procurado una voz para Zero más parecida a la de Eduardo Bosch, Pepe Toño Macías hubiera sido buena opción.
Puntaje: 10/10