Entrevista: Paloma Baeza habla sobre “The House”

La directora de “The House” nos cuenta sobre el desarrollo de la animación, sus contratiempos y los nuevos desafíos que tomó en esta nueva etapa profesional.

Radicada en Londres, Paloma Baeza encontró su vocación en la animación en stop motion hace varios años. Luego de su corto estudiantil “Poles Apart”, la realizadora ha decidido quedarse en la silla de directora y sumar su talento a la empresa Nexus Studios. Productora con la que recientemente estrenó “The House”, una antología de tres cortos en stop motion de realizadores autorales.  “The House” fue estrenada en Netflix el pasado 14 de enero con varias críticas positivas por parte de la prensa especializada.

Para la entrevista, Baeza se animó a recordar la lengua de su primer hogar y nos dio sus respuestas en español. “Nací aquí [Inglaterra], pero me fui a México cuando tenía 5 meses. Estuve en México como 8 años, pero con un break de 2 años. Tengo más familia en México que en Inglaterra. Es un pedazo de mí de realmente. Nunca se va, siempre está ahí, es parte de mi vida.”, aclaró la artista.

Con los recuerdos de su tierra natal, Baeza se toma el tiempo para contar sobre el proceso, los obstáculos y lecciones de la producción.

¿Cuál sería tu definición de casa? ¿Y cómo entra en el corto?

Tiene dos diferentes definiciones para diferentes gentes y para diferentes etapas en tu vida. Pero lo ideal es que es un hogar, un espacio para todas tus emociones, un espacio muy íntimo. Y eso, por una parte, sí formó mi cuento porque se trata de un personaje que no quiere dejar lo emocional. No puede ver la casa como una casa, como un edificio de ladrillos y pedazos de madera; para ella tiene bastantes cosas (historia y memoria) que se le hace difícil para hacer un cambio. Ella está muy enredada con el pasado.

¿Cómo te sumaste a este proyecto?
La compañía Nexus Studios, yo trabajo para ellos, tuvo la idea loca de traer a tres directores y ver si teníamos temas, ideas o intereses comunes; y cómo podrían unirnos a los tres.
Nos reunimos en Londres para hacer un rejunte de ideas. Unas semanas después de eso estuvimos hablando, y tuvimos la idea de una casa porque podía ser un espacio que podía acomodar tres cuentos distintos, pero que también podríamos unirlos un poco.

¿Cómo fue el feedback con los otros directores?

En sí, fue una situación única. Nunca te da la oportunidad de trabajar al lado de otros creativos de ese nivel. Teníamos un WhatsApp, todos juntos hablamos todo el tiempo. Si tenemos una duda o queríamos feedback de uno al otro como ‘qué te parece esto’; nos ayudábamos.
Teníamos nuestro proyecto, que era distinto de uno de los otros, pero era nuestra película.

¿Cómo fue ese salto de nivel de tu corto de estudiante a este?

Teníamos más porque, entre “Poles Apart” y esto, era un nivel completamente diferente porque “Poles Apart” la dirigí en la escuela. Así que no teníamos mucha gente, todo lo hacíamos todos nosotros.
En este proyecto teníamos un equipo completo de gente con bastante experiencia y talento. Por ejemplo, Mackinnon & Saunders son los que hicieron nuestros muñecos, son los mejores del mundo. Por coincidencia eran los mismos que hicieron mis osos en “Poles Apart”, pero en otro nivel porque claro era para Netflix. Eso sí es otro nivel, estás en un control de un equipo grande y están ahí para ayudarte.
Para mí, fue un poquito menos difícil porque llevo muchos años trabajando en la industria en diferentes roles. Estoy acostumbrada a trabajar con mucha gente, pero de todas maneras era diferente tener cinco animadores. Por ejemplo, yo antes tenía un solo animador y un set.

Ahora todo era más grande. Bueno, más normal, más industrial. Un lujo realmente.

Ahora que tuviste más contacto con animadores, ¿Notaste algunas similitudes entre la actuación y la animación?

Ay, sí. Me siento muy afortunada de haber tenido esa experiencia antes. Bueno, tal vez fue porque terminé animando. Se relacionan mucho.
Sí, los animadores realmente son los actores, tenemos la voz aparte, pero ellos tienen que crear ese personaje con todo el movimiento y con toda la actitud. A mí me gusta donde es posible. Aunque es un mundo que no es real, o sea, realmente no es real, son gatos hablando y no sé qué, pero coger lo que es creíble y real de la manera en que la gente se mueve y habla y reacciona. 

Siempre pongo mucho tiempo y hablo con los animadores y actuamos juntos; nos filmamos juntos, miramos nuestras actuaciones. Y decimos, por ejemplo, ‘Esta parte que tú hiciste es buena, cómo moviste la mano. Esto está muy bien’. Usan diferentes partes, a veces, podías ver que estaban usando un poquito de mi vídeo y un poquito del animador.

¿Tuvieron problemas con animar los muñecos? ¿Cómo llegaste a la decisión de que los personajes sean gatos?

No, ellos estuvieron bastante contentos con los muñecos porque son realmente bellísimos. Siempre quise gatos, no sé por qué. Es que me gustan los personajes que son animales y además me gustan mucho los gatos. Hay ciertos animales que te interesan mucho y los gatos son uno de ese grupo. Yo creo que era el animal correcto para la historia porque son muy expresivos; tienen una cola, orejas que se pueden mover y son muy bellos. Quería un mundo que, aunque era un poquito destruido porque todo está debajo del agua, haya una belleza en la destrucción. Ya sabía que quería gatos y que tuvieran pelos, pelusas.

Hablaste de agua, imagino que en la animación es algo muy difícil de hacer. ¿Cuál fue tu desafío ahí?

Es muy difícil. La primera vez que use pantalla verde fue en el otro corto “Poles Apart”, habías tenido un poco, pero no mucho. En “The House” tenía mucho más porque teníamos agua pero también nubla. Entonces, a veces, tenías que poner como pedazos de pantalla verde alrededor de los muñecos porque después en postproducción tenías que poner la nubla en el medio y en el background por todas partes.
Estoy muy contenta, pero cuando estábamos rodeando era difícil para mí porque no puedes ver. No puedes ver el producto final y tienes que tener mucha fe en tu equipo de FX, que eran súper buena onda. Pero teníamos que hablar todo el tiempo y planear.

¿Cómo hiciste para formar el personaje emocional de Rose?

La voz es muy importante, la voz de la actriz de Helena Bonham Carter que realmente es súper buena actriz y de ahí puedes construir la emoción. Porque hay escenas, donde todo es interno y tienes que escuchar la voz y crear la actuación, sacar lo que estás oyendo de la voz.
Entonces tienes estas partes, pero también tiene una parte muy explosiva y en esas partes puedes realmente hacer lo contrario, o sea, mover muy poquito en las partes que son emocionales, tristes. Todo es muy útil, pero cuando ella es más explosiva, está gritando, puedes hacer los gestos más grandes. Tienes que mirar el balance de todo eso para crear un personaje que tiene capas.

Tu corto es más tirando a un drama psicológico a diferencia de los otros dos de la antología, ¿Esto estuvo pensado desde el principio?

Bueno, yo creo que los tres directores somos muy diferentes, pero también tenemos cosas en común.
Creo que mi tono viene de un sitio cálido y un poco absurdo. Me interesan mucho los personajes y sus relaciones. No puedes, como director o creador, mentir. Eres lo que eres.
Nunca tuvimos una conversación de ‘vamos a hacer tres cuentos que son de miedo, de terror’. Solo sabíamos que era para un público adulto y queríamos que fuese chistoso, como con tono de humor. Y ver que traíamos nosotros como directores. Así sale mi tono, es un poquito más de las relaciones, de diálogo y me gusta ese sentido que tienes cuando estás viendo algo y sientes algo para alguien. Yo creo que lo que ves es un pedacito de mí.

Todo arrancó con una casa, pero todas fueron diferentes.

Sí, cada casa fue diferente, pero tuvimos mucho tiempo en producción. Lo planeamos con nuestro production design, Alexandra Walker. Todos juntos creamos una casa que era la misma en arquitectura. Así que tú podías reconocer espacios importantes, por ejemplo, la entrada con las escaleras y una ventana de ahí, esa la puedes ver en cada película y la puedes reconocer aunque son diferentes sets; y las escalas son muy diferentes porque los muñecos son de diferentes tamaños. Pero yo creo que si ves las tres películas reconoces que es la misma casa, aunque es un mundo completamente diferente.

Con una casa así me da la sensación que los animadores iban a jugar a los juguetes.

Ay, sí, así te sientes a veces. O sea, en medio de una pandemia, venir a trabajar todos con máscaras y todo. Pero ahí había días que: ‘Bueno, aquí estamos. Con todas esas cosas terribles en el mundo, pero estamos jugando con muñecos’. Realmente todos nos sentíamos muy afortunados. Sí, hay una parte que estás ahí jugando con muñecos, pero claro es muy duro, muy difícil.

¿Cuántos animadores había en total al mismo tiempo en el set?

Cuatro todo el tiempo y, al final, tuve cinco.

¿Tuvieron que rehacer alguna toma?

Eso casi nunca se hace. Lo planeas. Por ejemplo, tenía un shot que, era un minuto, un minuto es mucho. La cámara no se movía ni nada, y al final de cada día venía y hablaba con el animador y ya estábamos mirando y planeando los otros cuatro segundos para el día siguiente; y así vas mirándolo poco a poco.
Entonces con algo de un minuto, ya sabes que va a quedar bien. Aunque tal vez haya un problema como que la cámara se cae después de 3 días o algo así de horrible [se ríe].  Es un horrible. Pero de vez en cuando las cosas son un poco más cortas, tardó tal vez un día. O cuando hay algo que no quedó bien, de vez en cuando, se tiene que tomar la decisión de hacerlo mejor. Eso es difícil, pero tienes que tomar la decisión. Pero casi nunca haces nada, casi nunca haces dos tomas.

¿Qué fue lo que Gustavo Santaolalla agregó al proyecto?
Él trajo algo muy especial. Empezó su proceso en la etapa de guion, antes de empezar a filmar todo. Él había leído los guiones y sabía los mundos, habíamos hablado, y nos mandó muchos sketches donde había probado cosas. Pero eran cosas realizadas, no eran pedacitos de nada, era increíble. Y la primera vez que mandó eso, en ese momento, fue el tema con el que empieza mi película. Esa melodía era como que la escuchabas y se te ponían los pelos punta, todo estaba muy bonito.
Luego con eso, ya le habíamos dado la dirección, empezó a trabajar más con cada uno de nosotros porque las películas son distintas.

¿Qué nos puedes contar sobre tu próxima película sobre Frida?

Bueno, en este momento estoy escribiendo el guion. Así que no sé, vamos a ver. Pero si lo logramos, me lo imagino con unas texturas, me gustaría incorporar texturas reales, fotográficas de México. Y también tengo muchas ganas de incorporar la pintura del estilo de Frida. Hay mucho para intentar y crear, pero más adelante… ¡Primero el guion!

La antología “The House” se encuentra disponible en la plataforma de Netflix para toda América Latina.