Cabeza negra: Primera película animada para adultos realizada en Perú
La dupla de directores, Martín Aramburu y Diego Vizcarra, desembarca en una aventura para recrear la ciudad de Lima con dosis de nostalgia y fantasía. La animación para adultos viene en alza en América Latina. Luego de un largo y sinuoso camino de preproducción y producción, dos directores peruanos están a punto de hacer realidad una de sus mayores deseos artísticos. “Cabeza negra” es el primer largometraje para adultos animado en 2D tradicional realizado en Perú. Los artistas visuales Martín Aramburu y Diego Vizcarra (El Encanto Audiovisual) son los encargados de llevar a cabo esta odisea. Además de un talentoso equipo artístico, los acompaña Carolina Denegri (Animalita Cine) como productora, quien es responsable de títulos como La revolución y la tierra, El limpiador, Chicama, entre otros.
La historia del proyecto se centra en Ismael, un joven electricista que repara torres de alta tensión. Al ser testigo de la extraña muerte de un hombre, experimentará una revelación horrorosa sobre su origen que buscará esclarecer. Junto a sus amigos, Melissa y Leo, iniciará un viaje desquiciado por una urbe feroz, donde surgen la movida subte y la contracultura como reacción a la violencia y al caos.
El retrato ochentero viene acompañado de paisajes desérticos, calles oscuras y violentas, sepulcros indígenas, basurales; y gallineros en casas viejas. “Queríamos hacer una película sobre Lima, con alguna base histórica pero involucrando una dosis de fantasía traída por algún animal de su singular y escasa fauna urbana. Fue así como llegamos a los gallinazos”, comenta Martín Aramburu, co-director de la película.
Pero desarrollar este tipo de producciones animadas en América Latina no es tarea fácil. El proyecto nace en el año 2017, gracias a los estímulos para el cine del Ministerio de Cultura del Perú, que permitieron financiar las primeras etapas de producción. “Decidimos ejecutar el premio del Ministerio de Cultura sin esperar a reunir más premios. Esto nos permitió dibujar la película entera cuadro por cuadro, el cual era nuestro mayor reto. Gracias a otras recaudaciones menores y a nuestra campaña de crowdfunding estamos finalizando la producción de la película”, nos explica Martín Aramburu, co-director de la obra.
Para seguir creciendo, hay que confiar y conformar un enorme equipo, y hacer ciertas apuestas artísticas. “Creo que hubo decisiones estéticas en la película que también ayudan a avanzar. Como haber decidido realizar la película a mano alzada sobre papel. En vez de necesitar sostener un estudio más sofisticado. También hay bastante sacrificio personal de todos los implicados, esto también me parece importante reconocer. Durante mucho tiempo estamos apostando por el proyecto poniendo más de lo que este nos devuelve materialmente y esto también hace posible que no se estanque.“, aclara Diego Vizcarra.
La campaña de crowdfunding lograda el mes pasado de agosto les consiguió un plus económico para hacer una parte de la post-producción. A través de la plataforma Joinnus, reacaudaron fondos a cambio de recompensas como merchandising oficial (polos, pines, stickers), créditos de agradecimiento, pases para el preestreno, afiches serigrafiados y cuadros de los artistas. Incluso estuvo la posibilidad de ser ilustrado como un personaje en la película. “Con el equipo conformado pudimos emprender el rumbo, dibujando la película cuadro por cuadro durante más de dos años.”, indicaron en su boletín oficial.
Los directores nos platican sobre algunas adversidades, sus inspiraciones y algunas soluciones creativas que tuvieron en esta aventura.
¿Cuáles fueron las motivaciones para encarar el film?
Martín Aramburu: Ambos, como animadores tradicionales independientes, teníamos el sueño de hacer un largometraje. Cuando se abrieron las convocatorias del Ministerio de Cultura en la categoría de animación, decidimos juntarnos para postular en un esfuerzo conjunto.
Diego Vizcarra: Para sostener todo el esfuerzo que representa una película creo que es necesario tener múltiples motivaciones, en nuestro caso está las ganas de narrar una historia como esta, con los temas políticos que trata pero también con los mitológicos y fantásticos que inventamos. En el guion hay muchos ángulos que son importantes para nosotros y que mantienen las ganas de seguir trabajando en la película hasta que pueda ser compartida.
¿Qué dificultades tuvieron al realizar animación para adultos?
M.A.: No había suficientes animadores ni tampoco industria de animación. Tuvimos que construir todo desde cero, convocar artistas y formarlos cómo animadores, alquilar un taller para albergar a todo el equipo de dibujantes, construir mesas de luz y planear todo el sistema de producción basándonos en los sistemas de animación tradicional pero adaptándolo a nuestras posibilidades.
D.V.: Sobre todo hay dificultades de financiar apropiadamente un proyecto como este porque el proceso de la animación es bien largo y hay que sostener al equipo por mucho tiempo entonces los costos suelen ser más altos. Adicionalmente lo que dice Martin, acá en el país no existe una tradición de animación, entonces uno trabaja sobre un terreno bastante desértico. Pero eso es también una ventaja si se logra tomar las decisiones para ello.
¿Cuáles fueron las inspiraciones que tuvieron?
M.A.: Los animadores tradicionales independientes, animadores de Europa del este como Yury Norstein, Priit Parn. Películas como Akira, Persépolis y en Latinoamérica, películas como La Casa Lobo.
D.V.: Sí, además de Satoshi Kon por ejemplo; o The Plague Dogs y Wathership Down. Pero además hay muchas influencias y referencias por fuera de la animación, después de todo esta es solo una forma más de la cinematografía.
Con un futuro prometedor y con varios obstaculos ya superados, los artistas esperan estrenar la película para fines de 2023 o, en lo mejor de casos, un toque antes.
Para más información, pueden seguir el desarrollo del film a través de las redes sociales.
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